En la siguiente parada se subió un anciano. Entonces yo me dije que era muy sospechoso y le seguí.
Me subí al tren, y por detrás vi a otro anciano, le tocó la espalda y se dieron la mano, y me dí cuenta de que en una mano tenía un fajo de billetes y en la otra una especie de aparato electrónico. Era demasiado sospechoso y les seguí hasta que llegamos a la parada del autobús. y el de la máquina se fue andando y el otro subió al autobús. Entonces tenía que decidir a quién seguir y vi que el autobús estaba vacío y me subí rápidamente. Después le cogí por detrás y y le dije que era la máquina y el no me contestó. No me quedaba otra opción y saqué la navaja y se la puse en el cuello y, me contestó excitado:
- ¡¡Es una bomba y va a explotar en dos horas!! -
Entonces el conductor de el autobús miró hacia atrás y nos escondimos detrás de los asientos. Me bajé del autobús rápidamente y salí corriendo hacia el otro anciano, le empujé contra un coche y le dije que donde estaba la bomba y me contestó:
- La tienes tú mismo -
¡¡Bom!!
