Texto libre: Lo increíble
Cuando se asomó a su balcón vio algo extraño, sorprendente y que muy posiblemente no volviera a ver en toda su vida. Como estábamos de cuarentena, no debería de haber nadie en la calle, pero había aún más gente de la que había sin estar confinados. Estaban todos los vecinos en las puertas de sus casas y, uno de todos los vecinos, llevaba en sus manos un mando de un coche de radio control de un coche de estos para que se monten los niños pequeños (nosotros no porque no cabemos). Al coche del mando le habían puesto una tabla de madera y la habían adornado con cosas de manualidades y cosas que encontraron por casa y le habían puesto unos cuantos muñecos y peluches graciosos encima. ¡Habían hecho un pasacalles casero!nadie se creía lo que estaba viendo, y, Pepe, fue a por su móvil para grabarlo todo. Era lo más increíble que había visto durante la cuarentena, incluso más de lo que vio que su hijo aguantaba tirado en el sofá viendo la tele y sin hacer nada. Según él, ese fue el mejor día de toda la cuarentena hasta ahora.