El niño que era muy amable accedió sin problema a ayudarlo. Se llamaba Carlos y tenia 10. Su padre le dijo que si se quería trabajar con el. Cuando fueron a la oficina no había nadie. Carlos y su padre Alfredo se quedaron impresionados. Empezaron a bucar pero ni rasto de los trabajadores. Pero escucharon un ruido. Era Agustina que estaba llorando. Les explico que cuando llego escucho un ruido y vio algo moverse pero nada más. Carlos y su padre volvieron a su casa y cuando llegaron una multitud de gente grito: ¡sorpresa!
Alfrredo les dijo que no era su cumpleaños hoy que era mañana.
Pero lo celebraron ese dñia porque ya estaba todo organizado.