Ellos se quedaron muy parados, al ver que esa mujer llevaba un perro al que le faltaba una patita de alante y un loro que tenía el pico roto.
Ellos la siguieron para ver donde iba con los animales, entro en un veterinario donde se podían adoptar animales y se dieron cuenta de que ella era la jefa de ese lugar. Los niños fueron corriendo a preguntarles a sus madres si podían adoptar algún animalito que necesitase un hogar.
Sus madres la dijeron que si y fueron todos al veterinario, cuando llegaron el niño más grande quería a ese loro sin pico que vio antes, el pequeño al perrito sin patita y la hermana del más grande quería una gatita muy pequeña y con una herida en la patita.
Cuando pasaron 5 meses al loro la había vuelto a salir el pico, la gatita ya estaba grande y sin heridas y al perro la habían puesto una patita falsa para que pudiera andar mejor.
A los dos años de haberlos adoptado el perrito desapareció los niños y la niña pusieron carteles por todo el barrio. Una mujer llamo diciendo que lo vio entre unos arbustos cerca del parque.
Los tres fueron a ese lugar y ahí estaba el perro, se dieron cuenta de que le faltaba la patita falsa y fueron al veterinario, le pusieron una mejor que nunca se le caería.
Todos los animales se curaron y fueron felices.