Hace muchísimos años en un pequeño pueblo de la Alpujarra llamado Órgiva, se descubrió una preciosa mina de rocas de oro y diamantes. Un día una niña llamada María fue a la mina con su padre, que trabajaba en la mina. A ella le gustó tanto que decidió llevar el sábado a sus amigos. Llegó el sábado y se fueron a la mina y justo ese día el alcalde de Órgiva, Raúl Orellana estaba contratando a nuevos trabajadores y diciéndoles que valoraba mucho la actividad de la mina. Pero María le preguntó a Raúl Orellana que si había oro. Él le contestó que no, pero que sí era una empresa de las más importantes de la Alpujarra de Granada. María no le creyó, así que ellas empezaron a buscar y una de sus amigas, Amanda, dijo:
-Aquí brilla algo mucho.
Todas empezaron a cavar mucho, tan rápido que a la media hora ya habían desaparecido. A la hora, el padre de María se dio cuenta de que no estaban. Entonces, en ese momento, María llegó con una carretilla llena de oro y diamantes. Cuando llegaron, el alcalde se quedó alucinado. María, al ver eso le dijo que donaba todo al Ayuntamiento para que hicieran nuevas esculturas y mejorar el pueblo poniendo plantas en la iglesia y árboles en rotondas y en parques.
Pasaron uno días y en la
inauguración de la escultura de Don Quijote de la Mancha, que es muy
importante en el pueblo porque hay una colección de Quijotes
traducidos a 87 idiomas diferentes y en diversos tamaños, incluso
unos de los más pequeños del mundo. El alcalde, Raúl Orellana y el
teniente de alcalde, José Miguel Herrera le dio las gracias a María
por haber donado el oro y de recompensa le dio un lingote de oro y un
diamante morado. Las minas fueron abiertas para los turistas porque
las minas eran de las más antiguas de Europa, eran de la época de
lo romanos.
Después María convenció al
alcalde para que pusieran flores en la iglesia, para que los turistas
la vieran porque fue construida sobre una antigua mezquita en el
siglo XVI. Tiene dos torres, que casi es la única de Europa que las
tiene.
Los niños del colegio de
María, tras enterarse de lo que había ocurrido les preguntaron al
director que si podían ir.
Cuando fueron de excursión,
en la mina les dieron una charla que decía:
“La
mina tiene de antigüedad 22 años. Fue construida el 9 de marzo de
1999. En la mina se explota la fluorita (de nombre comercial
espatofluor)
que es considerada materia prima mineral prioritaria. Órgiva es
considerada la capital de la Alpujarra granadina, que desde siempre
ha estado ligada a la minería. Los fenicios ya empezaron a explotar
el yacimiento. Posteriormente los romanos y así hasta la actualidad.
Durante los años 70 y 80 y de la mano de la Sociedad Minera
Metalúrgica de Peñarroya, la actividad de la mina vive sus años
gloriosos, llegando a contar con planta de explotación propia y
dando trabajo a cerca de 270 trabajadores. Dicha empresa cierra en el
año 1989.
Posteriormente y con la
incorporación de nuevos socios, Minera de Órgiva reactiva la
explotación de la mina”.
Después de esa charla, que a
María le pareció bastante interesante, hicieron una visita a la
mina por dentro y después realizaron una búsqueda del tesoro. Quién
encontrara la fluorita se la quedaba y después de estar en la mina
les dieron un trozo pequeño de oro. Y todos volvieron muy felices a
casa.