Érase una vez una niña llamada Luna a la que le encantaba leer. Pero, un día, en la biblioteca encontró un libro que le llamaba mucho la atención, y decidió llevárselo a casa junto con otros más... Cuando lo abrió el libro, para empezar a leer, un ser salió del libro. Era pequeño, tenía unas alas pequeñas, era de colores, brillaba, tenía una colita con la punta en forma de corazón y unas orejitas. Aquel ser le contó a Luna que estaba dormido y que llevaba mucho tiempo esperando que alguien lo encontrara. Resulta que era un príncipe, y que su reino junto con el de otros más había sido destruido por el ser más poderoso que podía existir. Y también le dijo que ella era la elegida para derrotar al que no debe de ser nombrado, y que no podía retirarse de su deber porque fue la primera que abrió el libro. Se puso a entrenar con los hechizos mágicos que venían en el libro y con la ayuda del príncipe, que por cierto se llama Leo. Un día el que no debe de ser nombrado secuestro a Leo. Cuando Luna llegó del colegio y se dio cuenta de que Leo no estaba se preocupo mucho. Vio un mensaje en su escritorio en el que decía:-No me busques, estarás en peligro, te quiero, tu amigo Leo. Ella se echó a llorar y supo lo que había sucedido. Todavía no estaba preparada para luchar; y con las lagrimas en la cara no lo dudó y abrió un portal hacia el mundo de Leo. Cuando llegó al castillo de Leo, que ahora lo estaba reinando el que no debía de ser nombrado. Luna desempeñó todo su poder hacia Abraxas el que no debía de ser nombrado. Pero el la dejó hecha polvo en el suelo. De repente se elevó con una fortaleza a su alrededor y se transformó. Consiguió matar a Abraxas y liberó a Leo, a su familia y a todos los seres de aquel mundo que estaban bajo el poder se Abraxas. Desde aquel día Leo recuperó su forma original, la de un león poderoso. Desde entonces Luna y Leo viajan a mundos que están en peligro y los rescatan.