Érase una vez una niña llamada Raquel que fue de viaje con sus amigos, fueron a África. Estaban todos los amigos de Raquel: Delia, Alicia, Alba, Laura Díaz, Laura Muñoz, Nazaret, Nayara, Nahiara, Rosa, Claudia, Sergio, Diego, Silvio, Darío, y Roberto. Tenían de guía a un hombre muy sabio. Iban en varios Land Rover. Vieron a muchos animales: leones, gacelas, jirafas, hienas... E incluso vieron a leopardos que no es muy común verlos. Entonces a las doce de la tarde sacaron sus bocadillos y se bajaron de las furgonetas. En medio de la merienda les interrumpió una manada de elefantes. Darío cuando se giró tenía un elefante justo detrás, le dio un patatús y se desmayó, Laura Díaz le dio un bofetón y Darío se espabiló todos se metieron en las furgonetas, pero Raquel sabía que los elefantes eran pacíficos si no los molestabas. Acarició a uno y se encariñó con el elefante, él incluso la subió a su espalda, y el guía los amigos de Raquel se quedaron impresionados... Después los amigos de Raquel empezaron a estrechar lazos con los elefantes. Los elefantes subieron a cada uno a su espalda y los llevaron a un hotel. Allí descansaron y le dieron a cada elefante unas hojas entonces los amigos de Raquel les dijeron a los elefantes: Que todo lo bueno os encuentre, os siga, abrace y se quede con vosotros, ¡Os deseamos un viaje maravilloso, y que tengáis suerte en la vida! Los elefantes estaban muy contentos y agradecidos con todos y un poco después se fueron. Raquel y sus amigos cuando llegaron a su casa después de una semana maravillosa, se lo contaron todo a sus familiares. Y sabían que en un futuro volverían a África.