En 1930 Karl Gerstner, un artista suizo interesado por el
arte islámico, compró un diseño a Kamal Alí, un alarife (albañil), en Fez, Marruecos. Gerstner introdujo el diseño en un
programa informático y se quedó admirado al ver que originaba un enorme
número de módulos diferentes formados por distintas estructuras y
formas. Aquel no era un simple diseño, sino un patrón capaz de generar un número ilimitado de módulos y por lo
tanto, de diseños. Esta red modular fue custodiada con esmero por los
mudéjares andalusíes durante el destierro de los hispanomusulmanes.
Estos son los trabajos elaborados en clase a partir de este módulo.